Si alguna vez te preguntaste por qué el té en hebras tiene tanta fama entre los amantes del té, este post es para vos. Vamos a contarte las diferencias clave entre el té en saquitos y el té en hebras, y por qué en Rujaijú elegimos siempre la hebra como protagonista de nuestros blends.
🍃 1. La calidad de la hoja
El té en hebras utiliza hojas más enteras o trozos grandes de la planta del té. Esto permite conservar mejor su aroma, sabor y propiedades.
En cambio, el té en saquitos suele estar compuesto por “polvo de té” o "fannings", que son restos triturados del proceso de producción. Esto da como resultado un té más plano, con menos matices y, muchas veces, más amargo si se lo infusiona de más.
✨ 2. El sabor
El té en hebras ofrece una experiencia mucho más rica: se perciben los matices del origen, la variedad y el tipo de procesamiento. Incluso podés notar notas florales, frutales, especiadas o amaderadas, según el blend.
Los saquitos, al usar hojas rotas o polvillo, suelen liberar los taninos más rápidamente. Eso puede generar una infusión más astringente y menos equilibrada.
🧘 3. El ritual
Preparar una taza de té en hebras invita a bajar un cambio, a elegir la cantidad justa, a observar las hojas abrirse en el agua. Es parte de un ritual que conecta con el presente.
Con los saquitos, la preparación es más rápida, pero también más impersonal. No hay conexión con el producto ni con sus ingredientes.
🌱 4. Sostenibilidad
Muchos saquitos industriales están hechos con materiales que no son 100% biodegradables, y algunos incluso pueden liberar microplásticos en el agua caliente.
El té en hebras, en cambio, necesita solo una cucharita, un infusor y un poco de agua para brillar. Además, podés compostar los restos sin problema.
¿Entonces el té en saquitos es malo?
No necesariamente. Puede ser práctico, especialmente si estás fuera de casa. Pero si buscás una experiencia más auténtica, rica en sabor y beneficios, el té en hebras es otra historia. En Rujaijú lo elegimos porque nos permite crear blends únicos, con ingredientes reales, frescos y llenos de intención.
¿Ya probaste la diferencia?